No se sabe cuándo es que comienzan los ciclos. El mejor punto de referencia a tener en cuenta con respecto a la longevidad de un ciclo es cuando se tiene una idea o referente de que algo nunca inició, se encuentra en face terminal o ya concluyó. Del desarrollo, nadie se entera.
Es complejo tener exactitud del principio y del fin de los mismos. En estos tres últimos años he cerrado, roto y olvidado tantos ciclos como mi capacidad para decir "NO" lo ha permitido. Me tranquiliza cerrarlos. Me exaspera alargarlos cuando ya se sabe que desde el inicio no representará nada singular, sólo, una peculiar pérdida de energía y de preciado tiempo.
Habrá quienes lo entiendan de una manera diferente: el optimista traduce en experiencia todo lo que toca, el arrogante en tragedia irremediable, el celoso lo percibirá todo con sórdida soberbia y el profundísimo dolor que deja el abandono. El ingenuo, extraviado y disperso, siempre será un blanco perfecto, una presa fácil y dispuesta que no sabría entender qué ocurre en la superficie. el experimentado no iniciará algo que estima y sabe, no necesita comenzar por la virtual intrascendencia; aquél que conozca de objetividad, continuará apostándolo todo; no dudo que para alguien que sepa realmente vivir y goce de tranquilidad, todo representa un flujo constante de acontecimientos que están estrictamente relacionados en toda arista del tiempo y que no tienen otro propósito que cumplir con la única finalidad para la que "fueron diseñados"; y en el extremo final de la cadena, yo: atribulado por mi capacidad inmediata a decir sí, a todo.
Es un misterio comprender si esos eventos forman parte de un universo finito de posibilidades o solo los construye un único evento que de acuerdo a condiciones especificas, converge. Hay una cantidad "n" de eventos que ocurren en un ciclo, todos ellos son generados siguiendo las pautas de físicas conocidas, fuerzas desconocidas, abruptas o repentinas coincidencias y excesivas extravagancias, dentro de un flujo cíclico que pareciera dar principio u origen a la monotonía pero que en suma, no son otra cosa que el orden de eventos dispersos que conforman el caos "controlado" que conocemos. Entonces, la monotonía es un circulo vicioso, resultado del acercamiento o colisión de todos los eventos contenidos en un conjunto determinado.
No creo que exista una contraparte para la monotonía, aunque así se estime. Si pensáramos en la variedad, ésta representa otro nicho con las mismas características que tiene la monotonía por lo que es evidente pensar en que los eventos que penden de lo bueno o malo, son solo las acciones que corrompen, forman y acentúan ciertas armonías que se cree y consideran tranquilidad o una alteración en el orden natural de las cosas. Ahora, el caos, no es otra cosa que el ritmo y signo del tiempo y ese, aunque se ignore, es imposible de evitar.
Existen momentos que no queremos perder. Momentos que egoistamente necesitamos perpetuar a costa de absurdos intereses personales. ¿Alargar la memoria? ¿Perpetuar en el recuerdo la estancia de algo o alguien que no existe, está o respira? Esto, no deja de ser nada mas que la vanidad y la arrogancia que solo un egolatra manipulador inventaría argumentando positivismo, crecimiento, libertad y trascendencia. La realidad solo puede ser percibida en el momento en el que ocurre y su consecuencia es el registro histórico que deja, tal vez, el ciclo no es un continuo repetitivo que nutre las faces de la monotonía de cualquier forma o manera. No podemos inventar realidades que no conocemos hasta que meramente las experimentemos o tengamos noción de su existencia por cualesquier medio.
La virtud mas completa que observo en los ciclos es la que nos permiten entender que envejecemos rápida, alarmante e irremediablemente. Para algunos, simplemente los ciclos no existen porque no tienen existencia o figuran superficialmente en su ideario. Para otros, son significado. En el mejor de los casos son filamentos en el espacio tiempo y no merece la pena anunciar que llegaron para seguir perpetuándose en ese programa universal al que se sigue devotamente con actividades que casualmente repetimos.
Foto: Patrick McManaman
